ACTUALIDAD
12 de julio de 2017
Alarmante: Argentina, tercer país con más suicidios
Lo arrojó un informe anual que realiza la Organización Mundial de la Salud en la región. Además, trascendió que las personas entre 15 y 24 años son las más propensas a quitarse la vida. La opinión del licenciado Aldo Godoino.
El informe divulgado pertenece a Estadísticas Mundiales de Salud, una publicación anual que compila información de 194 estados miembro de la OMS. Aquel muestra que los números de Argentina están por encima del promedio de la región (9,6) y más cerca de los países europeos, que tienen una tasa de 14,1. De hecho, el país se ubica en el tercer puesto en la región, detrás de Bolivia (18,7) y Uruguay (17), pero muy por encima de otros países como Brasil (6,3), Perú (5,8) o Chile (9,9).
Las últimas cifras disponibles del Ministerio de Salud, de 2015, indican que las muertes por suicidio fueron 3.202 ese año. De todas ellas, sólo 625 fueron mujeres.
Asimismo, las estadísticas que maneja la cartera de Salud muestra también que el sector de la población con mayor tasa de suicidio es el de jóvenes, sobre todo los que tienen entre 15 y 24 años, franja etaria en la que, en 2016, se quitaron la vida 844 personas, la mayor parte de ellas (687) hombres. En relación con los métodos, la mayor cantidad de las muertes (2.348) ocurrió por ahorcamiento o sofocación, mientras que la segunda causa fueron los disparos (605), según las mismas estadísticas.
En su informe, la OMS señala que los hombres tienen dos veces más posibilidades que las mujeres de matarse y advierte que el aumento de los casos es una tendencia en todo el mundo, que creció 60% en los últimos 45 años.
Vale la pena seguir viviendo
Por Aldo Godino
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Vivimos en una sociedad inmadura, que elude las obligaciones y retarda al máximo la entrada en la edad adulta. Es un hecho ya conocido: la sociedad industrial creó la adolescencia y la sociedad del bienestar la ha dilatado. Los más chicos queman etapas con mayor rapidez y se ven abocados a una adolescencia prematura que, además, se extiende cada vez más en el tiempo.
El sentido de la vida consiste en encontrar sentido a la vida. Lo importante es la búsqueda. Cuando no se busca aparecen el sinsentido, el hastío, la apatía. A nuestros adolescentes les pasa algo de esto: “todo es aburrido, me siento solo, ya fue”. Hay inconformidad e insatisfacción con el propio modo de vivir y se manifiesta en frases como: “la vida no merece la pena vivirla”, “para vivir de esta manera lo mejor es estar muerto”.
Es típico en los adolescentes querer madurar sin esfuerzo y rápido, sin reflexionar sobre emociones y reacciones. Tienen verdaderas prisas por alcanzar el mundo de las autonomías en el que nos movemos los adultos, sin la responsabilidad de medir consecuencias. Y tal vez la salida menos “medida” sea buscar la muerte. Rápida o lenta, saltando al vacío o consumiendo sustancias adictivas.
Lamentablemente, los adultos no siempre colaboramos para que los chicos maduren; al contrario, nos desvivimos para que lo tengan todo, para que no sufran, para que no se frustren. No es bueno saltar obstáculos por ellos. No se trata de vivir en su nombre sino de mostrarles que vale la pena vivir a pesar de las dificultades. Es importante decirlo y enseñarlo.